Por: Joel Rodríguez
Oriunda de Boimorto, La Coruña, Luz Casal llegará a nuestro país el próximo 22 de octubre para ofrecer un show de proporciones monumentales
La cantante y compositora Luz Casal, se encuentra en vísperas de ofrecer un magno concierto en el Pepsi Center de la CDMX, con el que terminará una espera de casi 6 años desde su última visita a nuestro país, cuando se presentó en el Teatro Metropolitan de la capital el 28 de octubre de 2018, promocionando el entonces recién lanzando Que Corra el Aire (Warner Music, 2018).
A pesar de que en los últimos la carrera de la cantante se ha inclinado más hacia el lado del pop y el bolero, se espera que este concierto sirva para que sus fans mexicanos re-conecten con varios de sus temas emblemáticos como A veces un cielo, A cada paso, El Canto del gallo, Días prestados, A 1,000 kms, No me importa nada, Lo eres todo, Plantado en mi cabeza, entre otras.
Casal también basará gran parte del set de esa noche en la interpretación de temas de su nueva producción Las Ventanas de mi Alma (Virgin, 2023), entre los que destacan El canto del gallo, Hola, qué tal y Un poco más de amor. Cabe señalar que el álbum fue producido por Paco Salazar y fue lanzado a la venta el 24 de marzo de 2023.
Orly Beigel Producciones y LaTe Producciones traen a México a LUZ CASAL EN CONCIERTO. La cita para este majestuoso espectáculo con lo mejor de su repertorio será en el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México. Los boletos ya están a la venta a través del sistema Ticketmaster.
Sobre Luz Casal.
Nacida en La Coruña un 11 de noviembre, LUZ CASAL lleva casi cuatro décadas de trayectoria y si bien su popularidad se desarrolló en su natal España y en Francia, su lugar e influencia al lado de otras rockeras es innegable al igual que el carisma que desborda en los escenarios y la voz tan peculiar, cálida y potente que la caracteriza.
Sus inicios en la industria se remontan a 1982, año en que vio la luz su primer álbum, homónimo y eléctrico. Destacaban temas como Ciudad sin ley y No aguanto más, de sonidos hasta entonces inéditos en el panorama nacional. Una canción de amor, Eres tú, se diferenciaba del resto y vislumbraba una versatilidad que un par de años más tarde se fortalecería con la aparición de su segundo disco, Los ojos del gato. Cortes como Detrás de tu mirada y Tengo bastante pronto hicieron preguntarse a muchos por aquella mujer que había conseguido conquistar una marcada individualidad en un género que aceptaba todavía con reticencias a las mujeres, no digamos ya solistas.
En 1985 publicó Luz III, en el que colaboraban, entre otros, Antonio Vega, John Parsons, Santiago Auserón y Carmen Santonja. Rufino y Hechizado trajeron un éxito popular que se ampliaría con Quiéreme aunque te duela, editado en 1987, el álbum, que contenía temas como A cada paso y Un día marrón, cerraba una etapa en su trayectoria, que cambiaría de sello discográfico y no volvería a contar con la producción de Carlos Narea, como había ocurrido en los cuatro primeros discos.
Su encuentro con Pedro Almodóvar cambió la perspectiva de su trayectoria, del público y de la misma intérprete, sobre la versatilidad que podía tener fuera del género rock; la invitación del director manchego a participar en su clásico cinematográfico Tacones Lejanos, con dos temas que nada tenían que ver son su estilo, significaron un antes y un después en su carrera.
El filme, que cuenta la historia de una exitosa cantante de los 60 que abandona su patria y a su hija a cambio del ambicioso reflector que haría brillar su carrera, contó con una cuidada selección de las canciones que la protagonista interpretaría. La primera de estas piezas fue Un año de amor (Un an d’amour), pertenece al italiano Nino Ferrer y la segunda es Piensa en mí, uno de los máximos boleros compuesto por el músico poeta mexicano Agustín Lara.
Su interpretación de estas canciones para la película no sólo catapultaron aún más la fama de LUZ CASAL en España y varías partes del mundo, como fue el caso de Francia, donde se volvió tremendamente popular, sino que también fueron un punto de partida para producciones discográficas posteriores donde se aventuró con diversas fórmulas.
Su encuentro con Pedro Almodóvar cambió la perspectiva de su trayectoria, del público y de la misma intérprete, sobre la versatilidad que podía tener fuera del género rock; la invitación del director manchego a participar en su clásico cinematográfico Tacones Lejanos, con dos temas que nada tenían que ver son su estilo, significaron un antes y un después en su carrera.
El filme, que cuenta la historia de una exitosa cantante de los 60 que abandona su patria y a su hija a cambio del ambicioso reflector que haría brillar su carrera, contó con una cuidada selección de las canciones que la protagonista interpretaría. La primera de estas piezas fue Un año de amor (Un an d’amour), pertenece al italiano Nino Ferrer y la segunda es Piensa en mí, uno de los máximos boleros compuesto por el músico poeta mexicano Agustín Lara.
Su interpretación de estas canciones para la película no sólo catapultaron aún más la fama de LUZ CASAL en España y varías partes del mundo, como fue el caso de Francia, donde se volvió tremendamente popular, sino que también fueron un punto de partida para producciones discográficas posteriores donde se aventuró con diversas fórmulas.
Más adelante, tiene su encuentro con Pedro Almodóvar cambió la perspectiva de su trayectoria, del público y de la misma intérprete, sobre la versatilidad que podía tener fuera del género rock; la invitación del director manchego a participar en su clásico cinematográfico Tacones Lejanos, con dos temas que nada tenían que ver son su estilo, significaron un antes y un después en su carrera.
El filme, que cuenta la historia de una exitosa cantante de los 60 que abandona su patria y a su hija a cambio del ambicioso reflector que haría brillar su carrera, contó con una cuidada selección de las canciones que la protagonista interpretaría. La primera de estas piezas fue Un año de amor (Un an d’amour), pertenece al italiano Nino Ferrer y la segunda es Piensa en mí, uno de los máximos boleros compuesto por el músico poeta mexicano Agustín Lara.
Su interpretación de estas canciones para la película no sólo catapultaron aún más la fama de LUZ CASAL en España y varías partes del mundo, como fue el caso de Francia, donde se volvió tremendamente popular, sino que también fueron un punto de partida para producciones discográficas posteriores donde se aventuró con diversas fórmulas.
Algunos de los temas más icónicos de Luz Casal son Rufino, No aguanto más, A cada paso que doy, No me importa nada, Loca y Entre mis recuerdos, por mencionar tan sólo algunos. Las ventas de sus discos ascienden a más de 10 millones de ejemplares.
Son muchos los premios que Luz Casal ha recibido a lo largo de su trayectoria, entre los más sobresalientes se encuentran un Goya; la Medalla de las Artes y las Letras de Francia, en 2009; un Latin Grammy; el Premio Nacional de las Músicas Actuales en 2013; el Premio Ondas a la trayectoria 2022 y el de Comendadora de las Artes de Francia en 2023, por mencionar algunos.